Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo, en la isla de Graj, moraba un temible monstruo que aterrorizaba a los isleños. Un animal de cuatro patas semejante a un lobo, pero tres veces más grande e increíblemente astuto. Se dice que tenía rubíes por ojos y que sus fauces podían quebrar la roca y el acero. Además, era tan veloz y vigoroso que podía cruzar la isla de extremo a extremo en pocas horas. Los caballos más veloces necesitaban dos días para cubrir ese recorrido.
